¿Qué dice el visagismo de tu rostro?
Es posible que en algún momento te hayan recomendado hacerte un estudio de visagismo. Hemos pedido a nuestra experta en imagen personal Sara Ruesga que nos cuente más en detalle en que consiste este sistema de trabajo y por qué nos recomiendan hacer esa consulta.
El visagismo es el estudio del rostro. Cuando un profesional de la imagen conoce bien esta técnica puede aconsejarte realmente bien para lograr el estilo más adecuado para ti. Se realiza un estudio detallado de las formas, volúmenes y líneas faciales del rostro con el objetivo de corregir las facciones estudiando el rostro al detalle desde un punto de vista horizontal, vertical y en división por tercios.
Teniendo en cuenta toda esta información distinguimos entre rostro ovalado, redondo, alargado, cuadrado, diamante, triangular y rostro triangular invertido.
La estructura facial de cada persona, se determina por la posición, forma y prominencia de sus huesos, tomando en cuenta líneas, perfil, nariz y frente. También relacionamos la forma de la cabeza: vista frontal y posterior, el cuello, los rasgos perfectos e imperfectos… Y su correlación con otras partes del cuerpo como hombros y caderas o la estatura de la persona.
Claude Juillard: El padre del visagismo
El estilista francés Claude Juillard, creador del visagismo, entendió que su formación de peluquería tenía dos carencias básicas que contribuían al posible descontento de una clienta: En primer lugar, no se explicaban suficientemente los efectos de un corte o de un color en el rostro y, en segundo, la manera en que se planteaba el dialogo con la clienta impedía que ellas expresasen sus verdaderos deseos. Dispuesto a cambiar esta situación se puso manos a la obra y terminó por crear un sistema de trabajo que actualmente emplean los mejores peluqueros, maquilladores y estilistas: el visagismo.
Juillard también inventó el espejo tridimensional, herramienta básica del visagista para que la clienta tenga el mismo punto de vista que el profesional y ambos puedan iniciar un diálogo adecuado para elegir los cambios que llevarán a la mejor imagen posible de cada persona.
Este sistema de trabajo no consiste solo en elegir un estilo con o sin flequillo sino que involucra una cuestión más profunda. Se trata de que el profesional entienda las necesidades de su cliente y que este consiga ser quien realmente cree que es o quiere ser buscando la estética más adecuada para sus circunstancias, su contexto y situación personal.
Con Juillard y el visagismo se busca el mejor yo de cada uno.